Obtuve Resultados Negativos en mi Prueba: MALAS NOTICIAS

Obtuve los Resultados de mi Prueba MALAS NOTICIAS

Un vistazo a mis lesiones

Si has estado siguiendo mis videos en los últimos meses, es posible que hayas notado la manga en mi codo. Resulta que me lastimé hace unos meses mientras llevaba a mi hijo a la escuela. Afortunadamente, pude atraparlo, pero me hice daño en el proceso. Lo que pensé que era una distensión del supinador resultó ser un pequeño desgarro en el bíceps, que descubrí a través de una resonancia magnética reciente.

Como fisioterapeuta, sé que las lesiones pueden derivarse de problemas tanto por encima como por debajo de una articulación. Dado mi historial de problemas en el hombro debido a un desgarro del labrum, solicité que también se hiciera una resonancia magnética en mi hombro.

Mi historia con el desgarro del labrum

El desgarro del labrum ocurrió mientras trabajaba para los Mets de Nueva York en una tarde rutinaria antes de un juego. Estaba comentando con uno de mis jugadores que la tercera base no se veía tan lejos desde el jardín derecho como en la televisión. Hicimos una apuesta sobre si podía lanzar una pelota de béisbol tan lejos y, sin pensarlo mucho, traté de lanzarla. ¡Resultó que el interior de mi hombro fue más explosivo que mi lanzamiento! Sentí dolor inmediato y una sensación de inestabilidad, lo que me hizo sospechar que me había desgarrado el labrum.

Los resultados de mi resonancia magnética

Los resultados de la resonancia magnética revelaron que no solo mi labrum estaba seriamente dañado, sino que también tenía un desgarro del 50 por ciento de espesor en el supraespinoso, un pequeño espolón subacromial, degeneración glenohumeral de moderada a severa y degeneración leve de la articulación acromioclavicular. En pocas palabras, ¡tengo el hombro de una persona de 80 años!

Sin embargo, a pesar de estos resultados, me sorprendió descubrir que no tengo molestias constantes. Esto demuestra que las imágenes no siempre cuentan la historia completa. Puedes tener daños visibles sin síntomas, o tener una lista completa de síntomas sin daños visibles. Los resultados de las imágenes son útiles, pero no deben dictar tu enfoque de entrenamiento.

Entrenando con una lesión

Mi consejo para aquellos que enfrentan lesiones es obtener un diagnóstico para tener una idea de lo que está sucediendo. Aunque tu médico puede desaconsejar el entrenamiento, puedes encontrar formas de entrenar alrededor de la lesión para seguir obteniendo resultados.

Es importante explorar diferentes métodos e implementos de entrenamiento. No solo debes buscar diferentes ejercicios, sino también variaciones de esos ejercicios. En el caso de una lesión en el hombro y el press de banca, sugiero probar diferentes ángulos (plano, inclinado y declinado) y ajustar la velocidad de tus repeticiones. Además, experimenta con diferentes equipos para encontrar los que no causen problemas. Explora también el rango de movimiento para entrenar con una lesión.

Recuerda que el ejercicio es menos importante que el patrón de movimiento en sí. Si te duele hacer sentadillas, por ejemplo, prueba hacer sentadillas sobre una caja. Aunque no es el mismo ejercicio, el patrón de movimiento es similar y podrás obtener beneficios similares.

En mi caso, evité el press horizontal debido a mi lesión en el hombro, pero seguí entrenando mi pecho realizando cruces con cables. Esto me permitió continuar ganando músculo a pesar de no poder hacer los ejercicios tradicionales de construcción de pecho.

En conclusión, si entiendes tu lesión y te enfocas en entrenar de manera inteligente, no tendrás que preocuparte por dejar de ir al gimnasio. Hay muchas modificaciones que puedes hacer para continuar progresando a pesar de la lesión. Recuerda obtener un diagnóstico, experimentar con diferentes métodos y equipos, y encontrar lo que funciona mejor para ti.

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